Verdaderamente son muchas las revelaciones que han acompañado y acompañan nuestro camino. No seria posible exponerlas en su totalidad en este libro, cuya finalidad es dar solamente una visión general de nuestro itinerario espiritual. Sin embargo, las revelaciones de las que hablamos están todas dirigidas a manifestar un plan de Dios bien preciso: recapitular en Cristo todo el universo.
Este plan no es nuevo. San Pablo ya ha hablado de el en la carta a los Efesios, presentándolo como un proyecto presente en la voluntad de Dios desde el principio. Dios lo realizaría a través de Jesucristo en la plenitud de los tiempos. Por otra parte, San Pablo afirma que Dios ha dado a conocer su plan, que es un misterio de su voluntad, por medio de la gracia que nos ha dado en Jesucristo.
A través de las revelaciones recibidas por Stefania Caterina y la predicación de Tomislav Vlašić, este plan de Dios nos ha sido revelado y explicado a lo largo de los años de forma cada vez más detallada. Podemos afirmar que hemos recibido un amplio panorama del plan de Dios, y de los instrumentos y eventos que hacen posible su realización. En este libro vamos a trataremos de presentar una breve síntesis, indicando para mayor profundización nuestros libros y nuestro sitio web, donde encontraréis de forma más amplia todo lo que os exponemos.
Vamos a empezar por el inicio del libro "Más allá de la gran Barrera" de Stefania Caterina, que escribimos a continuación, en el que la autora resume brevemente el plan de Dios, tal como le ha sido revelado:
"El corazón de las revelaciones que me fueron confiadas, es el gran mensaje contenido en el himno cristológico de la Carta de St. Paul a los Efesios .
"Esta es la riqueza de la gracia de Dios
que nos ha dado en abundancia.
Él nos ha dado toda sabiduría y inteligencia:
Nos ha dado a conocer el proyecto secreto de su voluntad:
aquel que desde el principio
había decidido realizar
por medio de Jesucristo.
Así, Dios conduce la historia
Hacia su cumplimiento:
Reunir todas las cosas,
tanto las del cielo como las de la tierra
bajo un único Señor,
Jesucristo.
Y también nosotros,
porque estamos unidos a Cristo,
tenemos parte en su proyecto.
Dios nos ha escogido desde el principio.
Y Dios realiza lo que ha decretado”.
Este pasaje de la escritura me ha sido indicado como el texto base desde el cual partir para entrar en la comprensión de lo que expondré.
El mensaje central es éste: toda la realidad creada, debe volver a Dios de forma definitiva, por medio de Jesucristo.
El plan para reunir bajo una única autoridad, Jesucristo, todas las cosas, debe cumplirse. Su realización es al mismo tiempo la preparación a la venida gloriosa de Cristo, de la cual nadie sabe el momento, pero que cada uno está llamado a preparar con la oferta de la vida y la oración.
Dios esta actuando potentemente en estos tiempos para llevar a cabo este plan que involucra tanto vivos como difuntos, y abraza a toda la creación. Jesucristo entregará todas las cosas a Dios Padre al final de los tiempos. Todos están llamados a participar en la realización de este plan: Maria SS, ángeles, santos, las almas del purgatorio, la humanidad entera, todas las criaturas. También implica el sometimiento completo de Satanás al poder de Jesucristo ...
... El plan de Dios del que hablamos presenta muchos aspectos. El punto de partida y el final es Dios Uno y Trino. Todo vuelve continuamente a la figura central de Jesucristo, el único Salvador y Mediador, y al misterio pascual como clave insustituible para la comprensión de la dinámica espiritual que abarca e incluye todo lo que existe en el universo, ya sean vivos o difuntos y toda criatura, para que todo sea entregado por Jesús al Padre" .
Hemos dicho que el plan de recapitular en Cristo todas las cosas viene desde el origen. Sobre este punto se nos ha dicho que en el universo existen otras humanidades, además de la de la Tierra, que viven en diferentes planetas. Todos los hombres, independientemente del planeta al que pertenezcan, son hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza.
Cada planeta ha tenido sus progenitores y todos fueron puestos a prueba por el Creador que ha querido probar su lealtad desde el principio. Dios les pidió su colaboración en el gobierno del universo y a someterse a sus leyes divinas. No todos los progenitores han respondido de la misma manera. Pocos han dicho que sí, mostrando una lealtad absoluta a Dios; otros permanecieron indecisos, la mayoría se ha rebelado abiertamente contra Dios. Los progenitores de la Tierra no sólo se rebelaron sino que establecieron una alianza con Lucifer, el cual ha conseguido el máximo poder de nuestra humanidad.
El pecado original cometido por una tan vasta parte de la humanidad ha determinado consecuencias terribles: la muerte, la enfermedad, la división entre las diferentes humanidades, el conflicto entre el hombre y la mujer, y también profundos trastornos en la creación. Ésta, fue remodelada por Dios según las elecciones de las diferentes humanidades. Así, el universo original, incorrupto y armonioso, ha dado lugar a tres universos, muy diferentes entre si: el alto universo, en el que viven las humanidades que no han cometido el pecado original; el universo medio, habitado por las humanidades indecisas y el bajo universo, poblado por las humanidades rebeldes a Dios; en este último se encuentra la Tierra.
Después del pecado original, a pesar de la rebelión de muchos de sus hijos, Dios prometió inmediatamente a nuestros progenitores un Salvador, nacido de mujer, que se encarnaría en la Tierra, el planeta más frágil y más expuesto a la acción de Lucifer. A partir de aquí comenzó el desarrollo del gran plan de la recapitulación en Cristo de todo el universo.
Jesucristo nació en la Tierra, donde murió y resucitó por todos los hombres del universo, sin excepción. En Cristo, primicia de una nueva humanidad, redimida del pecado, se reunirán todos los hombres del universo para formar la nueva humanidad, un solo pueblo, libre del poder del demonio, sometido a Dios y a sus leyes. Los hombres de todos los planetas y de todos los tiempos que aman a Dios y todas las criaturas serán así recapitulados en Cristo. Él llevará a cumplimiento en todo y en todos la obra de la salvación: volverá glorioso para juzgar vivos y difuntos, reunirá a sus elegidos de todos los rincones del universo. Hará de ellos un solo pueblo y los introducirá en una creación nueva, incorrupta, creada por Dios para sus hijos.
Lucifer y sus seguidores serán separados de forma permanente de los hijos de Dios y colocados en una dimensión completamente opuesta a la creación nueva, lejos del amor de Dios, que siempre rehusaron. No tendrán ninguna posibilidad de dañar a los hijos de Dios. Sobre esto encontraréis también amplias explicaciones en los dos libros mencionados.
El plan de recapitular en Cristo todo el universo ha pasado por muchas fases a lo largo de la historia. Dios ha intervenido repetidamente de muchas maneras para ayudar a las humanidades rebeldes a acercarse a él. A menudo se ha servido de los ángeles y de los hermanos del universo fieles a él, que no han cometido el pecado original, para que fueran al encuentro de las humanidades mas débiles. Ha mandado a su Hijo Jesucristo sobre la Tierra, el planeta mas hostil a Dios, para reconciliar con él a la humanidad pecadora y dar a cada hombre la posibilidad de redimirse del pecado original.
La acción de Dios ha sido particularmente fuerte sobre la Tierra, donde el Salvador Jesucristo se encarnó para completar su obra de redención. En preparación de la venida de Jesús, Dios se ha formado en la Tierra el pueblo elegido de Israel del cual había de nacer Cristo. También en la Tierra Jesús fundó la Iglesia, la primera célula del Reino de Dios, llamada a llevar el anuncio de la salvación a todos los hombres.
De lo que nos ha sido revelado, sobre todo por los Apóstoles Pedro y Pablo , se deriva que la Iglesia de la Tierra debería haber evangelizado todo el universo, anunciando Jesucristo y bautizando no sólo los hombres de la tierra sino también a los de otros planetas. Jesús mismo había instruido a sus Apóstoles acerca de la existencia de la vida en el universo. ¿De que manera, la Iglesia de la Tierra podría enfrentarse a una misión de esta escala y magnitud? ¿con qué medios? Con la ayuda de los hermanos del alto universo fieles a Dios, que desde siempre recorren el espacio. Ellos habrían puesto a disposición de la Iglesia, misionera en el universo, su conocimiento científico y tecnológico, reforzando poderosamente su acción.
De muchas formas, Dios ha tratado de establecer una relación de comunión fraterna entre la Iglesia de la Tierra y las humanidades fieles a Dios, con el fin de evangelizar el universo. Nos ha sido revelado que, sobre todo en el siglo XX, Dios ha dado gracias particulares para preparar a la Iglesia de la Tierra a la misión en el universo . Ha enviado a los hermanos fieles a visitar a los representantes de la Iglesia, ha enviado a su Madre, que en Fátima ha hablado de la realidad del universo en el famoso tercer secreto, del que tanto se habla; ha dado y sigue dando a los cristianos de la Tierra muchas señales de la presencia de la vida en el universo. A pesar de todo esto, la Iglesia nunca ha iniciado su misión a favor del universo. Los miedos humanos, la prudencia, las conveniencias, así como la acción incesante del maligno, que se ha opuesto en todas las formas posibles, han frenado desde el principio esta misión, de la cual, poco a poco, se ha perdido incluso la memoria.
A pesar de la inercia de la Iglesia en la tierra, Dios no ha dejado de lado su proyecto: Él desea que la misión de evangelizar el universo sea llevada a cumplimiento. Después de numerosas apelaciones a la Iglesia oficial a fin de que revelara la existencia de la vida en el universo, permanentemente sin respuesta, en 2013 Dios ha confiado a las humanidades fieles la misión de evangelizar el universo. Desde entonces hasta ahora las humanidades fieles han terminado la evangelización de universo medio, con excelentes resultados. Ellos esperan la orden de Dios para comenzar la evangelización del bajo universo. Por tanto, ¿la Iglesia de la Tierra, ha sido dejada aparte? No, al contrario, esta llamada a participar activamente en la misión de los hermanos fieles: ante todo viviendo las enseñanzas de Jesús, proclamando la existencia de la vida en el universo, evangelizando la Tierra que está inmersa en un auténtico y verdadero paganismo.