Somos un pueblo que se compone de núcleos e individuos esparcidos sobre la Tierra y en el universo y unidos a todo el Cuerpo Místico de Cristo. Con algunos de ellos tenemos relación directa, con otros estamos unidos en el mismo espíritu.
Los núcleos están compuestos de personas de buena voluntad que se unen para vivir más intensamente la fe; no viven necesariamente bajo el mismo techo, pero están unidos entre ellos en el Espíritu de Cristo.
Viven con sencillez, con discreción y sin banderas, como verdaderos cristianos.
Los núcleos son autónomos pero están unidos a los demás núcleos por una verdadera comunión, unidos entre ellos por el vínculo de la caridad. Para avanzar en su desarrollo, los núcleos ven al Núcleo Central como un ejemplo a seguir; se unen a él en tanto que el Núcleo Central realiza el servicio de unir en Cristo a todos los hijos de Dios en todo el universo, para que formen un pueblo.
Los núcleos son pequeñas familias de Dios, indispensables para desarrollar la comunión fraterna, a través de la cual se llega a la comunión universal. De hecho, el pueblo de Dios será uno en todo el universo, un solo rebaño y un solo Pastor, Jesucristo. Hoy los núcleos están presentes por todas partes en el universo y otros se están formando. Al final de los tiempos, cada núcleo desaparecerá para dar vida a un pueblo único e inmenso, la Iglesia de Cristo en todo el universo.
La divina providencia y la generosidad de varios benefactores nos ha dado tres casas: la casa de Medjugorje (Bosnia y Herzegovina), en Ghedi (BS), donde nuestra Fundación tiene su domicilio social y la de Finale Ligure (SV). Ponemos nuestras casas a disposición del pueblo nuevo, como lugares donde compartir en los que la gente puede encontrarse, orar, compartir sus experiencias, recibir información, encontrar nuestros libros y otros materiales.
En nuestros hogares vivimos de acuerdo al programa que nos ha sido revelado y explicado por Tomislav Vlašić y Stefania Caterina, miembros del Núcleo Central que viven en la Tierra. Este programa de Dios lo hemos verificado, lo hemos vivido y somos testimonios de él. En Tomislav Vlašić y Stefania Caterina hemos acogido la paternidad y la maternidad espiritual que conducen a la recapitulación en Cristo, en la nueva creación.
Entorno a la Fundación y a nuestras casas, hay núcleos y personas individuales cercanas a la Fundación que sostienen esta obra y caminan con nosotros desde hace años. Ellos dan su testimonio y realizan el servicio a favor del pueblo en sus casas, lugares de trabajo, parroquias, etc., para dar a conocer este programa a las personas que lo deseen.
Hay núcleos que se han formado de manera espontánea y que han acogido este programa, otros se están en formando. Se unen al camino de este pueblo a través de la oración, la escucha de la Palabra de Dios y en todas las formas en que el Espíritu Santo los inspire.
También hay núcleos que podemos definir como naturales, y que encajan fácilmente en este programa: novios, esposos, familias, grupos de oración, consagrados según aconseja el evangelio, personas o jóvenes que quieren comprometerse seriamente a servir a Dios según este programa.
Finalmente, están las personas individuales que desean unirse al programa de recapitulación en Cristo de todo el universo, pero que no pueden participar en nuestras iniciativas porque son ancianos, enfermos o imposibilitados por otros motivos. A todos ellos le sugerimos:
•una vida cristiana sencilla, vivida con fe viva en la cotidianidad, enriquecida con la participación a los sacramentos y alimentada por una oración sencilla;
•seguir nuestros sitios web para estar informados sobre el programa;
•El uso de las oraciones, que describimos más adelante, mediante las cuales podéis ser directamente partícipes en este programa recapitulación. Usando estas oraciones libremente, según la originalidad de vuestra alma, os uniréis a nosotros, os fortaleceréis y descenderán muchas gracias sobre vosotros. En particular, podéis renovar la ofrenda de la vida a Jesús a través de María todos los sábados por la noche como lo hacemos nosotros, mediante la consagración a la Madre y Reina del Universo y a Jesucristo Rey del Universo, en comunión con los instrumentos extraordinarios y con todo Cuerpo Místico;
•bautizar en el Espíritu Santo y fuego, usando la sencilla fórmula del bautismo cristiano explicada mas adelante, para llegar a aquellas almas que no pueden acceder de manera ordinaria al bautismo. Mediante la oración y la ofrenda de la vida a Jesús, las almas que desean ser bautizadas entran en comunión con vosotros. Esto es así porque vuestras almas son los templos de Dios y cuando estáis unidos a Cristo, Dios permite a las almas que están listas para el bautismo unirse a vuestro espíritu.