La historia de nuestra Fundación viene de lejos y tiene sus raíces en un acontecimiento fundamental para nosotros: las apariciones de María Santísima en Medjugorje (Bosnia y Herzegovina).
Todos los que formamos parte de la Fundación hemos reconocido en las apariciones marianas de Medjugorje un punto de partida en nuestro camino ya sea individual o comunitario. Todos somos conscientes de haber sido generados por la Madre de Dios, como personas y como pueblo, a través del despertar de la fe, experimentado en Medjugorje. En cuanto al papel de la Virgen María en nuestras vidas, podemos decir con el salmista: "todas mis fuentes de vida están en ti" (Salmo 86,7). Realmente, nuestro viaje espiritual se inició en el Corazón Inmaculado de María; junto a ella y a través de ella, caminamos hacia Jesús. A ella hemos consagrado nuestra vida y nuestro trabajo.
Hasta la fecha, la Iglesia Católica no se ha pronunciado oficialmente sobre las apariciones de Medjugorje. Esto no nos impide reconocer su grandeza; al contrario, nos obliga a dar testimonio de lo que hemos recibido en Medjugorje, incluso delante de la Autoridad de la Iglesia, para que pueda discernir mejor los hechos. Por lo tanto, dar testimonio es nuestro deber. Se lo debemos a nuestra Madre celestial, y se lo debemos a la verdad.